Monumento A La Memoria
Publicado el 03/Julio/1997 | 00:00
Quito. 3 jul 97. Para que la memoria no se pierda. Esa es la
principal razón de ser del Monumento a los Desaparecidos, que
será inaugurado hoy, en al parque El Arbolito, junto a la Casa
de la Cultura.
El monumento es la concresión de una idea que surgió hace tres
años entre varias personas e instituciones defensoras de los
derechos humanos, que decidieron dejar un recuerdo perdurable
de lo que nunca debería suceder: la desaparición forzosa de
personas y otras formas de irrespeto a la vida, generalmente
asociadas con las prácticas de los aparatos represivos del
estado.
Durante estos tres años, los promotores de la idea: Comisión
Ecuménica de Derechos Humanos (CEDHU), la Asamblea Permanente
de Derechos Humanos (APDH), la Casa de la Cultura, el
Municipio de Quito, entre otros, sumaron toda las voluntades
posibles en torno a la idea. El Municipio solventó la parte
económica, mientras los demás buscaron formas creativas de
participación de la comunidad, como la donación de llaves para
utilizarlas como parte del monumento.
Después de un concurso de merecimientos, la construcción de la
obra fue adjudicada a la escultora ecuatoriana Dolores
Andrade, quien ha trabajado en la parte conceptual y en la
dirección de la obra física.
La inauguración, que contará con la presencia del alcalde
Jamil Mahuad, defensores de los derechos humanos, artistas y
público en general, coincide con el tercer aniversario de la
muerte de Luz Helena Arizmendi, madre de los niños Restrepo
Arizmendi, desaparecidos hace nueve años.
Sus nombres, junto a los de otros desaparecidos como Gustavo
Garzón, Consuelo Benavídez, Jaime Otavalo, entre otros,
constarán en una placa recordatoria a la entrada del
monumento, junto a una pira, que se encenderá en recuerdo de
las víctimas de esta práctica represiva.
REFLEXIONES SOBRE LA VIDA Y LA MUERTE
El monumento que Dolores Andrade concibió para mantener viva
la memoria por los desaparecidos es producto de varias
reflexiones sobre la vida y la muerte, sobre el paso del ser
humano sobre la tierra y las huellas que deja.
"Todo ser torturado, que sufre encierro, deja su huella en el
lugar donde ha permanecido, por eso su paso no puede ser
eliminado por simple desaparición física, los muros,
escaleras, pisos y ventanas quedan impregnadas de él", dice la
autora, quien ha reunido símbolos y ambientes que remiten al
drama de la persona privada de su libertad, de sus sueños y,
por último, de su vida.
Gradas que descienden y no llevan a ningún parte, pozos
ciegos, barrotes, muros donde se ha impregnado las huellas de
lo que la autora define como parte de la esencia humana, son
algunos de los componentes del monumento de cemento y hierro.
Es una visión más conceptual que figurativa, que en adelante
servirá como símbolo de la lucha por la vida. (DIARIO HOY) (P.
2-B)
principal razón de ser del Monumento a los Desaparecidos, que
será inaugurado hoy, en al parque El Arbolito, junto a la Casa
de la Cultura.
El monumento es la concresión de una idea que surgió hace tres
años entre varias personas e instituciones defensoras de los
derechos humanos, que decidieron dejar un recuerdo perdurable
de lo que nunca debería suceder: la desaparición forzosa de
personas y otras formas de irrespeto a la vida, generalmente
asociadas con las prácticas de los aparatos represivos del
estado.
Durante estos tres años, los promotores de la idea: Comisión
Ecuménica de Derechos Humanos (CEDHU), la Asamblea Permanente
de Derechos Humanos (APDH), la Casa de la Cultura, el
Municipio de Quito, entre otros, sumaron toda las voluntades
posibles en torno a la idea. El Municipio solventó la parte
económica, mientras los demás buscaron formas creativas de
participación de la comunidad, como la donación de llaves para
utilizarlas como parte del monumento.
Después de un concurso de merecimientos, la construcción de la
obra fue adjudicada a la escultora ecuatoriana Dolores
Andrade, quien ha trabajado en la parte conceptual y en la
dirección de la obra física.
La inauguración, que contará con la presencia del alcalde
Jamil Mahuad, defensores de los derechos humanos, artistas y
público en general, coincide con el tercer aniversario de la
muerte de Luz Helena Arizmendi, madre de los niños Restrepo
Arizmendi, desaparecidos hace nueve años.
Sus nombres, junto a los de otros desaparecidos como Gustavo
Garzón, Consuelo Benavídez, Jaime Otavalo, entre otros,
constarán en una placa recordatoria a la entrada del
monumento, junto a una pira, que se encenderá en recuerdo de
las víctimas de esta práctica represiva.
REFLEXIONES SOBRE LA VIDA Y LA MUERTE
El monumento que Dolores Andrade concibió para mantener viva
la memoria por los desaparecidos es producto de varias
reflexiones sobre la vida y la muerte, sobre el paso del ser
humano sobre la tierra y las huellas que deja.
"Todo ser torturado, que sufre encierro, deja su huella en el
lugar donde ha permanecido, por eso su paso no puede ser
eliminado por simple desaparición física, los muros,
escaleras, pisos y ventanas quedan impregnadas de él", dice la
autora, quien ha reunido símbolos y ambientes que remiten al
drama de la persona privada de su libertad, de sus sueños y,
por último, de su vida.
Gradas que descienden y no llevan a ningún parte, pozos
ciegos, barrotes, muros donde se ha impregnado las huellas de
lo que la autora define como parte de la esencia humana, son
algunos de los componentes del monumento de cemento y hierro.
Es una visión más conceptual que figurativa, que en adelante
servirá como símbolo de la lucha por la vida. (DIARIO HOY) (P.
2-B)
http://www.explored.com.ec/noticias-ecuador/monumento-a-la-memoria-107162.html
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