Imagen: Luna Roja
Cetresge es el acrónimo que utilizaba el desaparecido (1990) escritor ecuatoriano Gustavo Garzón y que toma la dirección de esta página: cetresge.blogspot.com, como un homenaje a su pensamiento, un testimonio de su vigencia y un reclamo permanente por la vida y contra la impunidad.
lunes, 26 de noviembre de 2018
jueves, 22 de noviembre de 2018
lunes, 12 de noviembre de 2018
Monumento a las víctimas de la represión Parque Julio Andrade
Mario López
German Sarmiento
Arturo Jarrín
Gladys Almeida
José Flores
Gloria Mendoza
Fernando Calderón
Juan Acosta
Robert Regalado
German Centeno
Arturo Basantes
Jorge Lima
Ricardo Merino
Saúl Cañar
Martha Baylón
Florencia Chica
Fausto Basantes
Sayonara Sierra
Pedro Villacís
Gustavo Garzón
Eddy Dután
Luis Vilatuña
Andrés Benavides
Byron Córdova
Yuri Moncada
William Ávila
Patricio Rojas
Marcelo Saravia
Myriam Loayza
Argentina Lindao
Consuelo Benavides
Jesús Campoverde
Fabián Medina
Hameth Vásconez
Alejandro Andino
2012, 36 esculturas
35 personas
Comisión de la verdad
Junio de 2010
Violencia política 1981 y 2000
1985-1986
Liberales
Alejandro Cárdenas
Roberto Andrade
Julio Andrade
Carlos Concha
Ulpiano Páez
Ramírez Dávalos
35 monumentos regulares de cristal
German Sarmiento
Arturo Jarrín
Gladys Almeida
José Flores
Gloria Mendoza
Fernando Calderón
Juan Acosta
Robert Regalado
German Centeno
Arturo Basantes
Jorge Lima
Ricardo Merino
Saúl Cañar
Martha Baylón
Florencia Chica
Fausto Basantes
Sayonara Sierra
Pedro Villacís
Gustavo Garzón
Eddy Dután
Luis Vilatuña
Andrés Benavides
Byron Córdova
Yuri Moncada
William Ávila
Patricio Rojas
Marcelo Saravia
Myriam Loayza
Argentina Lindao
Consuelo Benavides
Jesús Campoverde
Fabián Medina
Hameth Vásconez
Alejandro Andino
2012, 36 esculturas
35 personas
Comisión de la verdad
Junio de 2010
Violencia política 1981 y 2000
1985-1986
Liberales
Alejandro Cárdenas
Roberto Andrade
Julio Andrade
Carlos Concha
Ulpiano Páez
Ramírez Dávalos
35 monumentos regulares de cristal
2018-11-08 Entrevista Radio Pichincha Universal Programa Noche Boca Arriba
2018-11-08 Entrevista Radio Pichincha Universal Programa Noche Boca Arriba
Director del programa: Pablo Salgado
Audio: Audiomack
Director del programa: Pablo Salgado
Audio: Audiomack
martes, 23 de octubre de 2018
miércoles, 3 de octubre de 2018
Gustavo Garzón y la luz por Luis Ángel Saavedra 2018-10-03
Gustavo Garzón y la luz
Categoría: Actualidad Creado: Lunes, 01 Octubre 2018 18:30
Visto: 140
En la pasada “Fiesta de las luces” en
Quito, más allá de ser una plantilla endosada en cada edificio
significativo del centro histórico con rellenos de imágenes animadas,
algunas intentando calzar en las estructuras, como la de San Francisco, y
otras proyectadas por proyectar, como en la Plaza Grande y Santo
Domingo; más allá de unas atrocidades, como los paraguas colgando en una
calle o la esfera gigante de alguna discoteca de los 80; hubo ciertas
novedades, como esa especie de ballenas voladoras en la 24 de Mayo; y
otra, que me atrapó por su sencillez: el homenaje a los desaparecidos,
en la Mejía y García Moreno.
Era un ensamble de luces led con
textos corredizos que no se dejaban leer con facilidad. En el costado
derecho, en lo bajo, estaba la clave de la instalación: “Textos de
Gustavo Garzón, desaparecido en 1990”. La gente que miraba este letrero
recién caía en cuenta sobre el significado de la propuesta: “Ve, ha sido
de un desaparecido” y volvían la mirada hacia los textos, ahora sí con
el afán de entender lo que ha dejado escrito un desaparecido. Un
concepto simple que proyectó un mensaje complejo, que evocó la luz que
aún siguen emanando los cuerpos de todas las personas desaparecidas.
Bien por Gary Vera, el autor de la propuesta.
Quizá faltó una frase final: “Brutal,
como el rasgar de un fósforo”, que es con la que se describe la
desaparición de Gustavo; pero lo que puso ahí me llevó por fin a
escribir lo que necesitaba decir sobre Gustavo y que había sido
pospuesto en varias oportunidades: escribir solo para contar las cosas
que pasaron al margen de la historia.
El 10 de noviembre de 1990 desapareció
Gustavo Garzón Guzmán. Han pasado 28 años y nadie sabe nada, y parece
ser que ya nadie recuerda nada, ni algunos de los amigos de la época,
quizá ahora empeñados en otras tareas menos utópicas, alejadas ya de las
que se asumieron en los años 80 o quizá ocupados en una utopía de
bambalinas, de espectáculos, de corifeos que aún defienden al Dionisio
de la década pasada, o al parlanchín actual.
Las tumbas son la constancia del
olvido, lo he dicho varias veces; se las va abandonando despacio, pero
ese tiempo de abandono sirve para sanar. El dolor de no tener ni
siquiera una tumba es un dolor que no lo podemos nombrar. La muerte
tiene nombre y descanso, la desaparición no tiene ni lo uno, ni lo otro.
Recordar lo que no se fue, y aún sin
irse ya no está, y sin estar se ha ido quedando en algunos rincones de
quienes aún lo esperan; quizá esas ambivalencias son las que pretendo
estructurar en esta crónica, a sabiendas que aún se agrupan quienes
todavía sueñan, quienes abren los brazos para abarcar los horizontes,
porque aún hay tiempo para seguir soñando, aún hay tiempo para creer en
las utopías que nos inundaron en los 80 y aún antes de eso.
Obra
"Estados del tiempo", fragmentos de la literatura del escritor Gustavo
Garzón, se expuso en la Fiesta de la Luz, 2018. Plaza de la Conceptas.
Autor: Gary Vera.
El Gustavo
Una noche llegó el compañero músico,
el Gaybor, un trabajador de “Ecuatoriana”, la compañía aérea de bandera
nacional, pero que había caído desubicado, igual que yo, en la Facultad
de Administración de la Universidad Católica de Quito. Esa noche traía a
alguien, un escritor dijo, era algo bajo y sin ninguna pinta de
intelectual, o al menos sin ninguna de esas pintas que se traían los
intelectuales en esa universidad y que incluso ahora generan moda y
estéticas burlescas.
En la Católica habíamos iniciado un
taller de literatura bajo la dirección de Julio Pazos y se aproximaba un
encuentro nacional de jóvenes escritores a realizarse en Guayaquil.
Supuestamente yo era un joven escritor y, además, tallerista: una
etiqueta que servía para hacernos buena propaganda.
Esa noche la discusión fue agria,
insoportable; el recién llegado desbarataba cada argumentación que yo
esbozaba sobre el rol del escritor, cuya única responsabilidad era el
escribir bien, y cuya única solidaridad era la que su propio espíritu lo
dictaba. Aunque me definía como marxista, había asimilado muy bien a
Octavio Paz y su tesis del “solitario solidario”; esta era la primera
vez que esa tesis me la destrozaban, algo que ni siquiera lo habían
logrado al interior de la juventud comunista, en donde se insistía que
el arte debe estar al servicio de la revolución, pregonar el socialismo
real, algo que nos llevó a pensar que lo único que se podía producir
culturalmente eran panfletos, ya sea en las letras, en la plástica, en
el teatro o en la música. Incluso ahora esos panfletos son usados en las
nuevas modas revolucionarias.
Así conocí a Gustavo y en seguida lo
tildé de anarco, porque así se debía tildar a los que no estaban en la
juventud comunista,en la juventud revolucionaria o en cualquiera de esas
juventudes organizadas, disciplinadas y dispuestas a obedecer las
directrices del partido, que no eran otra cosa que los deseos de los
anquilosados burós políticos y de los compañeros secretarios.
Esa noche también tuve un nuevo
aprendizaje. Gustavo habló de la existencia de otros talleres
literarios. El que se había organizado en La Católica era una copia de
lo que ya se estaba viviendo en el mundo literario nacional. Él era
parte de la “Mosca Zumba”, nombre que lo oía por primera vez, al igual
que el de la Pequeña Lulupa, la Pedrada Zurda o los Matapijos. Esa noche
quedé con la impresión de que la vida se me estaba pasando por un
costado o por las calles que se extendían fuera de La Católica.
Lo volvía a ver en Guayaquil, ya en el
encuentro de escritores jóvenes, en los que Gustavo defendió el rol del
escritor, la necesidad de confrontar su trabajo en grupo, alejándose de
la egomanía que suele producir la soledad (parecía que el tipo quería
seguir golpeando); pero sobre todo defendió su rol social, su
participación, tanto en una crítica constante de la sociedad, como en la
construcción de una nueva sociedad. La Mosca Zumba se definía como un
colectivo de creación literaria y de crítica social.
Me arrimé, y esa es la palabra
adecuada, me arrimé a la Pequeña Lulupa, porque lo veía como un grupo
esencialmente creativo, al contrario de MatapiOjO, al que lo veía como
el brazo literario del Movimiento Popular Democrático; pero la posición
crítica de la Mosca Zumba me seguía, digamos, zumbando; por ello empecé a
visitar a Gustavo en su caseta de la Casa de la Cultura Ecuatoriana
(CCE), pues en verdad Gustavo trabajaba en una caseta, en el costado
izquierdo de la casa antigua; una caseta que fungía de almacén y en el
que, supuestamente, se exhibía lo mejor de la intelectualidad
ecuatoriana, publicada por la CCE. Gustavo fue a parar allí luego de ser
despedido de su puesto de técnico en aviónica, en la misma empresa área
de bandera nacional en la que trabajaba el Gaybor. Su despido fue
debido a uno de sus cuentos en donde ironizaba la carrera militar.
Fragmento del cuento "Aljito AAAR" de Gustavo Garzón.
Las conversaciones en la caseta se
tornaron interminables, se prolongaron en la noche; a veces se sumaron
los matapiojos o los lulupas; culminaban al amanecer y nos disgregábamos
para volver a lo mismo en la tarde siguiente. Otras veces las noches se
las completaba en mi casa, con el Gaybor y su guitarra; a veces un
aparato nuevo, made in usa y traído en el último vuelo,
reemplazaba a la guitarra. Lo que no podía faltar en esas noches fue el
eterno duelo entre Charly García, con sus dinosaurios, y Pink Floy con
“The Wall”. La lucha por ser auténticamente latinoamericano chocaba con
muestra aceptación de que la dura sicodelia de Roger Waters también era
parte de nuestro fetiche revolucionario.
La lluvia y el gato del terremoto
Cuando se desploma el cielo en Quito
es cosa seria; caen torrentes de agua y se forman verdaderas cascadas
bajo los tejados de las casas. Cuando hay granizo es más serio el asunto
y se paralizan hasta los amantes. Pero para Gustavo la lluvia era un
alivio y el granizo solo un montón de dulces.
Las noches de lluvia eran propicias
para recorrer las cantinas, improvisadas en las casas o en las oficinas
de los nuevos, o de los seudo, escritores; daba igual, con tal de que
haya algo para tomar y tiempo para hablar. Borrachos más de palabras que
de alcohol regresábamos a casa bañándonos en cada caída de agua,
lavándonos el alma o quitándonos los pecados, mojándonos de antemano por
las dudas de que con tanta agua desperdiciada a la mañana siguiente no
caiga por la ducha; algo muy común por aquellos días.
Desde el Ejido a la Mañosca, por la
América o por la Diez daba igual, el agua caía y saltábamos en los
charcos o abríamos la boca para que los torrentes de los tejados nos
quiten la borrachera. Noches de aprendices de bohemios, de supuestos
jóvenes escritores que nos enfrentábamos a lo establecido, sin saber que
solo era una ruleta de rupturas y acomodos futuros. Todos fuimos
amantes de las rupturas y ahora solo somos piezas de lo establecido y
estamos a la espera de nuevos amantes de las mismas rupturas para darles
con la puerta en las narices.
Habíamos desarrollado un olfato que
nos ayudaba a determinar con precisión donde sería la reunión de cada
noche, donde estaría el debate más acalorado o el encuentro para hacer
una revolución de copas. El Gaybor acompañaba con sus sueños de músico y
sus necesidades terrenales, las que finalmente triunfaron y lo alejaron
de las tertulias; pero por esos días acompañaba para leer los poemas o
para enredarse en los cuentos. Se necesitaba tener alma de masoquista
para leer un cuento o un poema, en aquellos grupos que formamos bajo la
etiqueta de “talleres”; no quedaba palabra sobre palabra luego de la
destrucción colectiva; pero así se aprendió, y una vez aprendida la
lección venía el bálsamo, que quizá era lo más esperado y, copa en mano,
brindábamos por lo que sea, hasta por los terremotos, como en la noche
del jueves 5 de marzo de 1987.
Esa noche fue igual a todas las
noches, solo que en medio de la discusión empezaron a moverse las
botellas. ¿Temblor? Sí, temblor. Ya no solo se movían las botellas, sino
que empezaron a bailar las mesas. ¿Terremoto? No, solo temblor.
Entonces “salud por el terremoto”. Eran casi las nueve de la noche; el
de las once, el más fuerte, ya no se lo sintió.
En la madrugada caminamos hasta llegar
al mini departamento donde Gustavo vivía: los libros y el anaquel que
los contenía estaban en el suelo. “Es un gato que se entra por la
ventana”, dijo Gustavo, tomamos algo más y se fue a dormir. Me enrumbé a
mi casa, a pocas cuadras de donde vivía Gustavo. Me sorprendió ver a
los vecinos en la calle, pero no estaba en condiciones de conversar o
preguntar a qué se debe la vigilia; entré y dormí por más de doce horas.
Mi costumbre de fin de semana era esa: invernar después de cada buena
borrachera. A los dos días me enteré de los sismos que sacudieron el
país y rompió el oleoducto en la Amazonía, lo que dio el pretexto
perfecto a León Febres Cordero para tomar fuertes medidas económicas,
como la suspensión del pago de la deuda externa, el alza del precio de
los combustibles y un plan de austeridad que golpeó a la población más
pobre. Todo sea por el terremoto.
Militancia en la isla de paz
La Mosca Zumba golpeaba con todo; no
había escritor o proceso cultural que se salve en su revista y lo mismo
pasaba en nuestra conversada bohemia con Gustavo. Patrick Süskind, con
su novela “El perfume" publicada en 1985 y catalogada como novela del
año, fue a parar al tacho de basura. Es un escritor fácil, afirmaba,
pues mata a sus personajes cuando ya no le sirven y así se ahorra el
tener que resolver una trama. Yo trataba de salvar al menos a “El
contrabajo”, novela corta de este mismo autor, debido a la agonía y
frustración del músico de sinfónica que develaba el caótico mundo del
espectáculo y su contraste solitario en una habitación como la mía; pero
no había forma. Gustavo se adelantó en su crítica a lo que son ahora
los best sellers: un conjunto de aventuras que, como en un tren, los
vagones caminan porque solo tienen que caminar.
Poco a poco nuestros debates fueron
cambiando de dirección, empezaban en la literatura y culminaban en la
política, en una agria crítica a los partidos de izquierda. Por entonces
vivíamos el fraccionamiento del Partido Comunista y en la Universidad
Católica esa incisión también tuvo repercusiones. Los catalogados como
del “FADI duro”, brazo político del Partido Comunista Ecuatoriano,
prácticamente fuimos proscritos de la federación de estudiantes; en
tanto los otros crearon LN (Liberación Nacional) y asumieron el control
de todo. Esto a la larga devino en un reposicionamiento de la derecha en
la universidad y la pérdida de la capacidad de movilización que se
había conseguido, a pesar de la represión de Febres Cordero.
La ruptura de alianzas y el develar
intereses personales en la izquierda, junto al análisis de la historia
nacional convenció a Gustavo por optar por la insurrección. “Ecuador
nunca ha sido una isla de paz”, decía al hacer un recuento de los
distintos movimientos subversivos que actuaron en el país en diversas
ocasiones; se analizaba lo sucedido en el Toachi, las acciones en el
Caso Briz, el nacimiento de los “Alfaro”. Entonces, ¿qué escribir? o
mejor ¿para qué escribir? Si la isla de paz no existía, ¿dónde estaba
nuestro tren de la historia? ¿A qué hora se nos pasó? Revolucionarios
urbanos perdidos del tren en nuestro propio mundo y que nada sabíamos
del otro mundo que se desangraba sin que la historia logre mancharse.
Nadie hablaba del asesinato de Lázaro
Condo, en septiembre del 74; tampoco se hablaba con verdad de la masacre
de Aztra en octubre del 77. Un sábado llegamos a Chunchi, preguntamos
por Toctezinín, y caminamos en el páramo para encontrar una especie de
cruz de piedra que indicaba el sitio donde murió Lázaro Condo. Brindamos
por él, cantamos por él, gritamos por él en la soledad y el frío. Nos
dormimos arrimados a la cruz hasta que alguien nos despertó y nos salvó
de la hipotermia.
Para 1988 tuvimos nuestro primer joven
literato muerto, Marco Núñez, cuyo cuerpo fue hallado en el rio
Machángara. Marco era un poeta caótico - marginal con textos
deslumbrantes que mostraban estados de revelamientos sobrenaturales,
pero también lleno de textos grotescos con los que se enfrentaba al estatus quo
y a nosotros como parte de ese estatus. “Ese no es un poeta”,
sentenciaban los gurús de los talleristas. Por su marginalidad, su
muerte no nos sorprendió y no se hizo nada para ayudar a esclarecerla.
Los literatos no estábamos para esos
trotes, nunca entendimos que si hubiésemos actuado se habría podido
develar a tiempo el sistema que se iba consolidando y que a la larga
sería responsable de una larga lista de muertes y desapariciones como
las Manuel Reinoso, Jaime Otavalo, Cesar Morocho, Manuel García, José
Mosquera, Luís Valverde, entre otros que van apareciendo en los listados
de nuevas investigaciones sobre esa época. Los jóvenes escritores
actuamos como toda la sociedad; acurrucados en nuestras burbujas
decidimos no hacer caso de esa guerra subterránea desatada en contra de
quienes, a su modo, buscaban justicia y equidad. Asumimos la consigna de
que si se metieron a eso, que se mueran por pendejos.
Nuestros encuentros se volvieron
esporádicos. Mientras yo insistía en la bohemia y el marxismo, Gustavo
profundizaba sus búsquedas. Para entonces Alfaro Vive Carajo ya era una
catástrofe, muchos de sus líderes estaban muertos o desaparecidos;
también habían tenido accidentes como la explosión de una bomba en manos
de las compañeras alfaristas que ahora son políticas profesionales; así
que contactó con una facción del MIR (Movimiento de Izquierda
Revolucionaria), que por ese entonces promulgaba tener la verdadera
receta de la lucha armada, pero lo dejaron plantado en una banca de la
plaza Indoamérica, en la Universidad Central; luego se vinculó con el
MPL (Montoneras Patria Libre) debido a su convicción de que la lucha
armada era una opción legítima durante el régimen represor de Febres
Cordero y su lógica continuidad en el siguiente gobierno. Nunca supo del
alto grado de infiltración y traición interna que tuvo ese grupo hasta
cuando ya estuvo detenido.
Gustavo pasó a la clandestinidad. Por
mi parte, una nueva detención preventiva y un par de incursiones al
sitio donde vivía me hicieron comprender que debía salir de Quito;
además ya las cosas de la bohemia se habían desbocado y era necesaria
una huida.
Los monstruos del penal
Gustavo Garzón y Byron Rodríguez. Foto: archivo de la familia Garzón Guzmán.
Terminó el gobierno de León Febres
Cordero y Rodrigo Borja ya llevaba un año de mandato. Yo regresé a
Quito. Un día de visita en la Casa de la Cultura para ver “que hay”,
encontré al Edwin Madrid, otro poeta en construcción y también
trabajador de la CCE, todo agitado y de camino a una reunión: Me soltó
la noticia de la detención de Gustavo y por eso el apuro.
La reunión no fue para rechazar la
detención de Gustavo ni para planificar un apoyo para los días que dure
su detención, pues al fin y al cabo fue funcionario de la CCE y era un
escritor que ya despertaba interés. La reunión fue para blindarse, para
averiguar quién más estaría involucrado en lo del Gustavo, para advertir
que más vale el prestigio de la CCE que cualquier aventura
revolucionaria.
Era 1989, Gustavo Garzón Guzmán fue
detenido el 7 de agosto. Se le acusó de tener armas y ser asaltante de
bancos. Fue llevado al tristemente célebre Servicio de Investigación
Criminal de Pichincha (SIC-P), donde fue torturado. Luego pasó al Centro
de Detención Provisional de Pichincha (CDP), a un costado del Penal
García Moreno, en San Roque.
Fui a verlo en el CDP y la primera vez
lo encontré casi con todos los amigos de la Mosca Zumba. Parecía que no
había cambiado nada, pero a las siguientes visitas los amigos iban
disminuyendo y en las reuniones empecé a conocer a los monstruos que los
medios de comunicación me habían construido desde adolescente; por
ejemplo los del “Caso Briz”, empresario que fue secuestrado y asesinado
en noviembre de 1977, en el marco de otro intento de consolidación de un
grupo revolucionario. Entonces supe que los AVC no eran ninguna
novedad.
Esos tales monstruos no parecían
serlo, no gruñían ni tenían garras; eran hombres que debatían, que
denunciaban las formas de opresión en la sociedad y en el mismo CDP.
Quizá estuvieron equivocados alguna vez, pero los del Caso Briz, los
AVC, los MPL y otros, en prisión eran hombres leales, y no dudaban en
defender juntos a un compañero cuando era presa de las mafias de otro
pabellón. “Si no se arregla esto, vamos a ir allá para vengarnos”,
concluyeron una vez. Miré a Gustavo y dijo “Habrá que ir, aquí todos
somos leales”.
¿Y cómo se mete el trago?, pregunté
durante una visita, porque comprarlo adentro resultaba muy caro. Se me
explicó que en un galón de jugo puesto en una poma plástica se debe
meter el trago en una bolsa plástica, de tal manera que flote en mitad
del jugo; así los guardias miran el jugo y dejan pasar.
Con una amiga hicimos la prueba. La
botella de ron embasada en una funda plástica puesto en mitad de una
poma de jugo era vista por todos lados, no había forma de que no se la
descubriera; le pusimos hasta un globo inflado para ver si se mantiene
flotando en el centro de la poma, pero ni así. Nos dimos por vencidos y
fuimos de visita sin llevar nada. Ya donde Gustavo se nos hizo saber el
ingrediente faltante. Pues sí, ese era el método, pero toda esa
parafernalia era para que las otras visitas no lo vieran, pues el paso
final era avisar al guardia y pagarle por dejar pasar. Con la nueva
pista ya pudimos llevar Ron, pero no alcanzaba para tanta gente, así que
no había forma de reproducir nuestras pasadas bohemias y luego de
acabarse la funda de Ron más bien nos dedicábamos a la lectura del
oráculo del Iching, un oráculo que siempre nos traía buenos augurios, no
por adivinar el futuro, sino por presentar el futuro como un cambio
permanente en el que nuestra acción era lo fundamental.
Así pasó un año. Martha Palacios,
Rubén Darío Buitrón, Byron Rodríguez, Alfredo Pérez y otro compa de
apellido Nuñez se mantuvieron visitándolo todo ese año. No sé si me
olvido de alguno más, pero el resto de jóvenes escritores brillaron por
su ausencia y de los viejos ni para qué hablar.
Una tarde, de nuevo visitando la CCE
para conversar con el Madrid, encontré a Gustavo sentado a un costado de
su antigua caseta. Fue increíble, Gustavo estaba libre, había salido de
prisión el 7 de de septiembre y ya estábamos en 1990.
Yo estaba casado; con mi compañera lo
habíamos visitado también en el CDP, así que se alegraría de verlo
libre. Decidimos ir al sitio donde en ese entonces yo vivía, en el sur
de Quito y recordamos todas las bohemias pasadas, bebimos a más no
poder, contó de sus planes en La Católica, sacaría el doctorado de
literatura; no estaba arrepentido del pasado, pero ya aceptaba que no
era la vía para una revolución; hablamos de los traidores, que siempre
los hubo en todo movimiento, desde el mismo caso Briz, y que siempre los
habrá, como en lo del MPL. Ya en la noche llamó a su casa para avisar a
su mamá, doña Clorinda Guzmán, y decirle que no se preocupe, que
pasaría la noche en mi casa. Aseguró que no volvería a optar por la vía
armada y que su único afán era escribir. Estaba consolidando un libro de
cuentos.
A la mañana siguiente nos despedimos
con un par de cervezas y lo fui a dejar en la parada del bus en
Barrionuevo. Fue la última vez que lo vi, pues dos meses después, el 9
de noviembre de 1990, desapareció.
Una búsqueda entre montañas de egos
La noticia no fue una bomba entre
nuestros intelectuales; quizá también ya lo veían venir y no
reaccionaron o no quisieron reaccionar. Algunos jóvenes quisimos formar
un grupo de escritores solidarios con Gustavo y exigir respuestas al
Estado, pero la experiencia fue realmente dolorosa. Si ya la detención
de Gustavo los había asustado, su desaparición provocó paranoia y solo
faltó que algunos vayan a meterse bajo la cama por miedo a la guerrilla
que vendría junto a él para reclamarles el no haber hecho nada durante
su detención.
Escribimos una carta para el ministro
de Gobierno, el Patacón Verduga. Hicimos el texto con Edwin Madrid y
Marco Antonio Rodríguez y empezamos a recoger firmas. Justo había un
lanzamiento de un libro de Fernando Tinajero en la Universidad Católica.
Era una magnífica oportunidad para llenar unas tantas hojas de firmas
pues allí estarían todos los intelectuales de izquierda. En el panel de
lanzamiento se hablaba de cómo se resistió al embate de León Febres
Cordero y sobre la necesidad de una transformación social, incluso de
una revolución, por el momento postergada. Nelson Reascos, profesor de
Sociología en esa universidad, interrumpió la ceremonia para pedir las
firmas. Con Edwin pasamos las hojas y casi todos firmaron. ¡Un éxito!
Luego fuimos al coctel y, entre vino y
vino, los firmantes vinieron a tachar su firma. Unos aducían
compromisos con el nuevo gobierno y que debían cuidar sus puestos,
pedían comprensión; otros decían que no querían arriesgarse por alguien
que probablemente está con la guerrilla de Colombia o había vuelto a la
clandestinidad. Las hojas quedaron con más tachones que firmas. Quizá
ya vislumbraba la hipocresía de la intelectualidad de izquierda, pero
que se llegase a ese punto me parecía absurdo.
En la carta no nos identificábamos con
la revolución armada ni con nada parecido, solo se pedía que el
gobierno de Rodrigo Borja investigue la desaparición de Gustavo y revea
los aparatos de seguridad del Estado; una carta sumamente democrática,
pero ni así. Terminado el evento, fuimos a casa de Nelson, en la
Vicentina, a pasar el mal sabor que nos dejó esta reunión de
intelectuales. A la madrugada, ya rumbo a mi casa, unos cuatro
colombianos me abordaron para decir que Gustavo no estaba con ellos, que
lo más seguro es que “se lo quebró el gobierno”. Les agradecí el
haberme llevado a Barrionuevo y el evitarme la caminata desde la
Vicentina.
Las hojas quedaron impresentables y
cuando quisimos volver a tener las firmas solo quedó un puñado de gente
que volvió a firmar; ni la novia que había sido quiso firmar porque
argumentó que en la familia de Gustavo había policías. Evidentemente
estaba asustada, pues había sido también interrogada.
Teatreros y gente vinculada a la danza
fueron los que más firmaron; los escritores consagrados no asomaban por
ningún lado. Podrán haber tenido una montaña de ego, y seguir
teniéndolo, pero en esos momentos, únicamente gente como Marco Antonio
Rodríguez, Euler Granda, Edwin Madrid, Fabián Guerrero, la gente de la
Mosca Zumba, se metieron en ese grupo que exigía la aparición de Gustavo
Garzón. Finalmente, un grupo de la Mosca, algunos otros talleristas,
con Marco Antonio Rodríguez y Euler Granda a la cabeza, abordamos a
Verduga en el Congreso Nacional, a donde había ido para explicar algunas
cosas reservadas. Verduga solo sonrío y aseguró que estaba al tanto de
lo sucedido y que se está investigando.
En las siguientes semanas, con Marco
Antonio nos dimos a la tarea de visitar regularmente la morgue, por sí
las dudas; pero nada de nada.
Mientras tanto, en otro espacio, Raúl
Pérez Torres libraba otra batalla. No aparecía en ninguno de los eventos
públicos en solidaridad con Gustavo Garzón, pero estaba tratando de
convencer al Municipio de Quito el continuar con la segunda parte de un
proyecto editorial en donde se incluiría la publicación de los cuentos
de Gustavo.
La “Colección Evaristo” estaba en
marcha. Se proponía publicar la obra generada por los talleristas y
presentarla como la nueva literatura ecuatoriana. Habían salido ya los
primeros seis volúmenes en la que se alternaron escritores jóvenes de
Guayaquil y Quito. Era necesario que en el siguiente grupo a publicarse
se incluyera a Gustavo Garzón y Raúl Pérez Torres se jugó por ello. Así
salió a la luz, en diciembre de 1991, “Brutal como el rasgar de un
fósforo”, que recoge los principales cuentos de Gustavo.
En este grupo se publicaron cinco
obras: los cuentos de Gustavo, poemas de Edwin Madrid, bajo el nombre de
“Enamorado de un fantasma”, ensayos de Eduardo Martínez bajo el título
“Héroes Indígenas de América”; una compilación de cuentos de Marco
Vinicio Poveda llamada “La dictadura del poetariado”, y mi primer
poemario “Ecos en la Alcantarilla”. El haber publicado junto al libro de
Gustavo nos dio una excelente publicidad en los medios de comunicación,
pero nunca supe por qué la presentación se hizo en CIESPAL (Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina) y no en la Casa de la Cultura.
La publicación de las obras fue una
cosa; la distribución sería otro calvario. Problemas en el Municipio de
Quito impidieron una difusión eficaz y solo se entregaron unas pocas
obras a los autores a modo de derechos de autor. Con los libros de
Gustavo había que ingeniarse para fortalecer su imagen y dar a conocer
en todo el país su obra y su desaparición. Solo alcanzamos a presentarlo
en Guayaquil y Cuenca.
Los intelectuales y artistas de
Guayaquil se entusiasmaron con la propuesta y ofrecieron la sede de la
CCE para el evento. Fernando Artieda, Carlos Calderón Chico y Fernando
Cazón Vera se comprometieron para la organización y nadie preguntó si
Gustavo estaba con la guerrilla o si aún sigue en la clandestinidad.
También se comprometieron en recabar firmas de solidaridad en Guayaquil y
rescatar las firmas de algunos intelectuales quiteños. Así, el 2 de
febrero de 1992, se publicó en Diario Expreso el primer manifiesto
público de los intelectuales ecuatorianos en solidaridad con Gustavo,
con firmas encabezadas por Carlos Julio Arosemena Monroy (expresidente
del Ecuador), León Roldós Aguilera (ex vicepresidente del Ecuador),
rectores y vicerrectores de universidades, decanos de facultades y, por
supuesto, los escritores, pintores y otros artistas de Guayaquil.
El 5 de febrero se presentó el libro
de Gustavo, se acogió a doña Clorinda como una heroína y se alzó una
sola voz para rechazar la desaparición de Gustavo y exigir al gobierno
una investigación más eficaz. En Cuenca fue un fracaso; quizá la gente
de allá tenía demasiado miedo.
El epílogo
Doña Clorinda se juntó a los plantones
que hacía Pedro Restrepo por la desaparición de sus hijos, Santiago y
Andrés. Poco a poco se fue juntando mucha gente; llegaban ahí
personalidades de todas partes, incluso llegó el argentino Adolfo Pérez
Esquivel, premio Nobel de la Paz; pero no llegaron los escritores ni los
intelectuales.
Me alejé del mundo de la CCE. Estaba
decepcionado. Me alejé de la militancia política, también decepcionado.
De vez en cuando acudía a los plantones de la Plaza Grande y un día
volví a ver a Gina Benavides, a quien conocí en la Católica y vi a ver
en la CEDHU (Comisión Ecuménica de Derechos Humanos), organización que
se hizo cargo del caso de Gustavo.
Gina me propuso juntarme al proyecto
que estaba formando: el INREDH (ahora Fundación Regional de Asesoría en
Derechos Humanos), con la convicción de que una nueva sociedad solo era
posible luchando por los derechos humanos y que esta lucha constituía
una utopía eterna. Han pasado 25 años desde esa invitación que me
vinculó definitivamente a la lucha por los derechos humanos y de los
pueblos.
El gobierno actual ha dicho que desea
reparar la desaparición de Gustavo. Es justo que una calle quiteña lleve
su nombre; es justo que se recopile su obra y se publique una
antología; es justo que se reivindique su memoria; son justas muchas
cosas, pero lo más justo, aunque suene redundante, es la justicia; que
se lleve ante la justicia a los responsables de su desaparición y, sobre
todo, que nos digan, que digan a su familia, a dónde se lo llevaron.
viernes, 28 de septiembre de 2018
La Igualdad, pasillo
La igualdad, autor desconocido, probablemente escrita y compuesta en la época de la revolución liberal, grabada hacia 1912-14 por la casa Encalada.
Primera canción protesta.
¡Yo quiero la igualdad¡ Ya que la suerte
es común en el punto de partida
Si todos somos iguales en la muerte,
que todos seamos iguales en la vida.
¿Quién más que otro cuando al negro abismo
oculta mano sin piedad nos lanza?
todos, ricos y pobres son lo mismo
y nos pesa la muerte en su balanza.
La igualdad de la raza es mi norma,
norma que a todos servirá mañana
La carne humana cambiará de forma,
pero en cualquiera forma es carne humana.
Núñez, Estudio introductorio en Jurado Noboa, Rincones que cantan, p.26
Primera canción protesta.
¡Yo quiero la igualdad¡ Ya que la suerte
es común en el punto de partida
Si todos somos iguales en la muerte,
que todos seamos iguales en la vida.
¿Quién más que otro cuando al negro abismo
oculta mano sin piedad nos lanza?
todos, ricos y pobres son lo mismo
y nos pesa la muerte en su balanza.
La igualdad de la raza es mi norma,
norma que a todos servirá mañana
La carne humana cambiará de forma,
pero en cualquiera forma es carne humana.
Núñez, Estudio introductorio en Jurado Noboa, Rincones que cantan, p.26
lunes, 17 de septiembre de 2018
jueves, 13 de septiembre de 2018
La música en el Ecuador, Música Académica, Ministerio de Relaciones Exteriores
MÚSICA ACADÉMICA
INSTITUCIONES MUSICALES
COROS
DIRECTORES DE ORQUESTA
MUSICÓLOGOS E INVESTIGADORES
COMPOSITORES
[Garzón Guzmán Raúl Guillermo]
PIANISTAS
ÓRGANO
FLAUTISTAS
GUITARRISTAS
TROMPETA
CANTO
OBOE
DIRECTORES DE CORO
VIOLINISTAS
CLARINETISTAS
PERCUSIÓN
PEDAGOGOS
DIRECTORIO DE OTRAS INSTITUCIONES Y PERSONAS VINCULADAS A LA ACTIVIDAD MUSICAL ACADÉMICA
lunes, 20 de agosto de 2018
miércoles, 15 de agosto de 2018
Recordando a Raúl Garzón 2007-06-08 en La Hora
Héroes
JUN, 08, 2007 |
Marcharse del terruño duele. Las vivencias quedan lejanas, los sentimientos se comprimen y encallecen. Miles de ecuatorianos buscaron sus destinos fuera de la Patria. Temeraria decisión pero vital.
Resignarse a sobrevivir es la realidad de la mayoría; sin embargo, ir en pos del éxito es de pocos. Evoco la memoria de un compositor ecuatoriano, Raúl Garzón Guzmán, que inspirado por el amor, cruzó el océano y al otro lado del mundo, en Shanghai, China, alcanzó reconocimiento internacional, en el concurso “ Música Electrónica de Compositores Chinos y Extranjeros”, con su composición dedicada a “Las Madres de la Plaza Grande”, el 9 de mayo pasado.
El irónico “Destino”, como dice Herodoto hablando de los héroes, es que poco después el compositor fallece. Sus cenizas retornarán estos días. Volverá en espíritu con los acordes de su triunfo musical. Dejó una marca en sus alumnos chinos a los que brindó amor y conocimiento. Le despidieron lágrimas sinceras, que deslizaron por los rostros jóvenes que lo apreciaron sinceramente.
Volver es el sueño de muchos emigrantes, pero retornar, dejando una indeleble marca en gentes tan lejanas, pero sensibles, es naturaleza de pocos. Conocí a Raúl pocos años atrás. Era maestro en guitarra clásica y antes logró varios éxitos en Canadá y Ecuador. Su formación estaba reforzada por estudios de postgrado en Cuba y Buenos Aires.
Su obra póstuma estuvo dedicada a su madre, quien encabezó manifestaciones de protesta en la Plaza Grande, cuando el secuestro y asesinato de su hermano, ocurrido en las oscuras noches de represión que vivió el país.
Son historias de ecuatorianos que cansados de luchar la incoherencia de país, se fueron y siguen yendo. Habrá cientos de historias que contar; pero las más grandes son aquellas que corren tras la utopía, igual que el Quijote y hasta “un café para Platón”. Son los héroes no promocionados de la Historia actual.
enaranjo@petroecuador.com.ec
Enlace:
https://lahora.com.ec/noticia/579431/hc3a9roes
domingo, 5 de agosto de 2018
Yerbales por Raúl Garzón
Garzón Raúl, Yerbales, Quito, 1993
http://www.mediafire.com/file/s49h2n6ejz9871c/Garz%F3n_Yerbales.PDF/file
miércoles, 25 de julio de 2018
Reunión procuraduría 2018-07-23
Conferencia vía Skype con un funcionario de la CIDH
09:29
¿Cuál es el criterio de CIDH respecto al acuerdo que propone el estado a las víctimas?
¿Cuáles son los efectos de llegar a un acuerdo respecto a ir al juicio?
El informe emitido en enero por CIDH es un informe de transición
En adelante hay dos caminos:
Corte Interamericana
Publicación del Informe final (tercer informe)
¿El acuerdo es un reconocimiento de la culpabilidad del Estado?
Esto depende de los puntos del acuerdo. Las partes están en libertad de proponer las condiciones del acuerdo.
CIDH no interviene ni sugiere nada a favor o en contra de ninguna de las partes.
Los informes se publican en función del cumplimiento del Estado a los acuerdos a los que se llegue.
El acuerdo se puede revertir si no existe cumplimiento por parte de los participantes.
¿Cuáles son los tiempos en caso de que se llegue a juicio?
Depende de cada caso, el plazo más optimista es de 7 meses a un año.
Puede durar 4 años (lo que más se puede demorar)
De 1 a 4 años es el plazo en general de todos los procesos.
Asisten:
Funcionarios de la procuraduría
Funcionarios del Ministerio de Justicia
Dr. Duque, CIDH
Cristian González, Funcionario de CIDH
Rodrigo Garzón
lunes, 16 de julio de 2018
jueves, 12 de julio de 2018
La Peña Jatari Tambo
La primera peña de Nueva canción en Quito se llamó Jatari Tambo y estaba ubicada en la calle Ríos, en el sector de La Alameda. En sus años de actividad, fue un espacio importante para la difusión del trabajo de grupos y cantautores, un lugar de encuentro de músicos, estudiantes e intelectuales de izquierda. Por sus tablas pasaron grupos como Inti illimani, Quilapayún, Ernesto Cavour, Savia Nueva, Pumapungo, Enrique Males, Kaya Puca, Yerbales, Ilumán. La peña se cerró en 1984.
Peralta, Nueva Canción crónica de las luchas del movimiento social ecuatoriano, UASB, Quito, 2003.p.70
Peralta, Nueva Canción crónica de las luchas del movimiento social ecuatoriano, UASB, Quito, 2003.p.70
lunes, 9 de julio de 2018
Reunión Procuraduría 2018-07-05
Asuntos:
Informe de la Comisión
Informe presentado al pleno del Consejo de la Judicatura
Razones para acuerdo:
Que no haya litigios innecesarios
Posibilidad de que haya cumplimiento del acuerdo
El informe llegó hace un año
Se busca cumplimiento de los informes
Informe de la Comisión de la verdad
2 meses atrás se acordó esta reunión
Explicación de los plazos impuestos
Esfuerzo de cumplimiento de los aspectos del informe
No litigar por litigar para no dilatar la reparación.
Coordinación
Fiscalía, Comisión de la Verdad, Ministerio de Justicia
Avances en Fiscalía en construir las hipótesis
Oficios, pericias que tengan un objetivo.
Como parte del acuerdo se sugiere:
Publicar un libro a través del Plan Nacional de Lectura
Una obra puesta a disposición del Consejo Editorial
200 a 500 ejemplares
Reconstrucción de la memoria
Proyecto del Municipio de Quito para nombrar una calle
Talleres literarios, reinstitucionalizar los talleres
Acto de disculpas públicas
Reconocimiento como madre coraje del Ecuador a Clorinda Guzmán
Atención sicológica
Una placa en el Colegio Montúfar o en la UCE
Hacer del caso un icono y tema importante.
Judicializar el caso como lo indica la Comisión de la Verdad
Continuar en el programa de desaparecidos del Ministerio del Interior
Indican proponer el monto de la reparación material.
10 días de plazo, 26 de julio se informa de las medidas emprendidas.
Tiempos:
Ir a la Corte demorará 1 año + 1 año fase escrita en Corte
2020 fase audiencia oral corte
1 año para que se cumpla la sentencia, queda para supervisión de la Corte.
Cambio de funcionarios
Reconocimiento de derechos (Gobierno)
Mecanismo de seguimiento de informes
Mecanismo de seguimiento de sentencia
Casos del Ecuador CIDH
Caso Daniel Tibi
Caso Hugo Quintana y otros
Caso Benavides
Caso Cornejo
Caso Benavides
Caso Zambrano Vélez contra otros, 2007
Caso Hermanos Restrepo
Asisten:
Funcionarios de la Procuraduría
Funcionarios del Ministerio de Justicia
Dr. César Duque, CIDH
Familiares Caso Gustavo Garzón
Asamblea de CEDHU 2018-06-16
Orden del día
Inscripción
Bienvenida
Informe de actividades
Informe Comité directivo
Informe Económico
Receso
Debate y compromiso
Elección del Comité Directivo
Clausura
Inscripción
Bienvenida
Informe de actividades
Informe Comité directivo
Informe Económico
Receso
Debate y compromiso
Elección del Comité Directivo
Clausura
lunes, 18 de junio de 2018
miércoles, 30 de mayo de 2018
Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE
Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE
Proceso organizativo 1990
Proceso organizativo 1990
Sobre la existencia del SIC-10
https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/actualidad/1/sic-10-seria-la-unidad-que-desaparecio-a-los-hermanos-restrepo
https://lahora.com.ec/noticia/1101517125/fiscalc3ada-sic-10-sc3ad-existic3b3-como-una-estructura-clandestina-policial-
http://www.ecuadorinmediato.com/index.php?module=Noticias&func=news_user_view&id=198384
https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/judicial/1/fiscalia-confirma-existencia-de-la-policia-clandestina-sic-10
Desaparición forzada de literato 2011-04-14 en Blog Comunidad Real
DESAPARICIÓN FORZADA DE LITERATO
A partir de 1983, año en que hace su aparición Alfaro Vive Carajo como organización política que impulsaba acciones armadas para la consecución de sus fines de cambio social, en Ecuador se establecieron políticas de Estado orientadas a reprimir la organización y protestas sociales y otras manifestaciones contrarias al gobierno, aún las provenientes de medios y periodistas independientes o aquellas surgidas de otros opositores políticos.
En el marco de la Ley de Seguridad Nacional se produjo la creación de estructuras de represión con ayuda internacional y los servicios de inteligencia apuntaron a establecer posibles vinculaciones de los opositores políticos con la acción de grupos subversivos y de aplicar, para estos casos, medidas extremas, situación que continuó hasta fines de la década.
Se registraron hechos como el asesinato de dirigentes y militantes de organizaciones sindicales, campesinas y políticas y varias desapariciones forzadas como las de Jaime Otavalo, Manuel García, José Mosquera, Cesar Morocho, Manuel Reinoso, Luís Valverde, entre otras personas, resaltando el evidente poder de la institución policial, amparada en su fuero especial.
Gustavo Garzón Guzmán fue detenido en la ciudad de Quito el 7 de agosto de 1989, por encontrarse armas en el vehículo en el cual viajaba junto con Marcos Lenin Checa Artos. Conducido al Servicio de Investigación Criminal de Pichincha (SIC-P) fue torturado y mientras permaneció detenido afrontó varios juicios en su contra por presunta participación en el asalto a una entidad bancaria en la ciudad de Pimampiro, provincia de Imbabura, causa en la que fue absuelto y en la que al ser remitida al juzgado décimo de lo Penal de Pichincha para que se continúe el trámite por tenencia ilegal de armas, fue sobreseído. Su liberación se dio el 7 de septiembre de 1990.
El 9 de noviembre de 1990 en horas de la tarde, Gustavo Garzón Guzmán salió de su domicilio ubicado en la ciudad de Quito en el sector de San Juan, hacia la Editorial “El Conejo” a cobrar un cheque por la publicación de una obra literaria. A las 17:30 se encontró con Miriam Liliana Vásconez Vaca en la cafetería Stop ubicada en la avenida Amazonas y Moreno Bellido y juntos se dirigieron al Centro de Exposiciones Quito, en donde Francisco Antonio Moreno los recogió como una hora más tarde para ir a la Cámara de la Construcción a recoger, a su vez, a Alfredo Pérez.
El grupo se dirigió entonces al Bar Tropical ubicado en el sur de la ciudad, en las calles Quijano y Maldonado, donde se sirvieron algunos tragos y luego, cerca de las 22:00, salieron con dirección a la discoteca Son Candela situada en la calle Carrión y Reina Victoria encontrándose allí con Raúl Roberto Ricaurte Rodríguez.
A la 1:00 se retiraron Francisco Moreno y Miriam Liliana Vásconez, dejando a Gustavo Garzón “en perfecto estado físico y mental, sobrio y muy tranquilo”.
Gustavo Garzón Guzmán desapareció en la madrugada del 10 de noviembre de 1990, después de la reunión con sus amigos no llegó a su domicilio, por lo que su familia lo buscó en “hospitales, clínicas e inclusive la morgue sin obtener resultado”.
El 14 de noviembre de 1990, se realizó la primera publicación de prensa acerca de la desaparición de Gustavo Garzón y el 15 de noviembre, aparece una noticia refiriéndose tanto de la desaparición de Gustavo Garzón Guzmán como de dos personas más vinculadas a movimientos sociales: Hugo Leonardo Villegas y Lino Peña.
El 16 de noviembre de 1990, Fabiola Lema Ramírez realizó una denuncia ante la Policía Nacional en torno a la desaparición del literato Gustavo Garzón Guzmán y el mismo día la Comandancia General de Policía envía un telegrama8, a las respectivas unidades disponiendo la búsqueda de Gustavo Garzón Guzmán.
El 29 de noviembre de 1990, Clorinda Guzmán de Garzón madre de Gustavo Garzón presentó una denuncia ante el Tribunal de Garantías Constitucionales por su presunción de la desaparición de su hijo: “se debe a motivaciones claramente políticas que violan disposiciones legales, constitucionales relacionadas con la libertad, la seguridad, el libre pensamiento, el derecho a la integridad y a la vida”. Sin embargo, el Tribunal me diante Resolución Nº 042-96-CP se inhibe de avocar conocimiento por falta de competencia en razón de la materia y ordena el archivo del expediente.
El 3 de diciembre de 1990 Liliana Vásconez Vaca, fue llamada a declarar en el Departamento de Homicidios del Servicio de Investigación Criminal de Pichincha y refiere que “al receptar mis declaraciones y formular las preguntas correspondientes por parte de los varios agentes que estuvieron presentes, fui tildada de miembro activo del grupo Montoneras Patria Libre tratando, además, de relacionarme afectivamente con el desaparecido y también amenazándome que mediante procedimientos coercitivos, se me haría declarar, lo que a ellos les de la gana”. Su cédula de identidad le fue confiscada hasta el 4 de diciembre de 1990.
El 4 de diciembre de 1990 Fabiola Lema Ramírez compañera de trabajo de Gustavo Garzón, rindió una declaración en el SICP manifestando que ella se entrevistó con el coronel Jaime Hidalgo Amores, jefe de esta dependencia, para lograr el apoyo policial en la búsqueda del desaparecido.
El 12 de diciembre de 1990 la presidenta de la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (CEDHU), envió una carta a la oficina de las Naciones Unidas en Ginebra por la desaparición de Gustavo Garzón Guzmán manifestando que “los familiares presumen que pudieron haber actuado fuerzas de seguridad.
Esta inquietud se basa en el antecedente de una detención”, la misma que se produjo el 7 de agosto de 1989, en Quito, por parte de miembros de Inteligencia Militar al encontrar armas en el interior del vehículo en el que circulaba con Marcos Lenin Checa Artos y en el Servicio de Investigación Criminal Pichincha, durante cinco días, fue sometido a torturas e interrogatorios.
El 20 de agosto de 1991, el diario La Hora publicó un resumen de la entrevista realizada por los medios de comunicación al ministro César Verduga, quien al referirse a Gustavo Garzón aseveró que: “sobre este caso se han dicho infinidad de rumores. No podemos decir nada hasta tener una prueba precisa sobre lo que pasó”.
El 11 de enero de 1993 se publicó una nota de prensa: “Escritor Garzón llevado a Colombia” pero la Oficina de Migración no registra ninguna salida del país. Luego, en noviembre de 1996, apareció una información que señalaba como responsables de la desaparición a la Inteligencia colombiana y, según ésta, la Policía de ese país debió contar con algún aval para actuar en el país. Otra versión manifestaba que Gustavo Garzón aceptó ser informante de la Policía, que luego se arrepintió y por eso fue eliminado”.
Posteriormente, en abril de 2003, otra publicación de prensa afirmaba “Un ex oficial de inteligencia del ejército, quien asegura que el general Edgar Vaca conoce dónde están los restos del escritor Gustavo Garzón” y en otra noticia de junio del 2003, se indicó: “Un miembro de inteligencia reveló a este diario que el general Edgar Vaca conocía exactamente donde se encuentran los restos del escritor Gustavo Garzón”, y al día siguiente se publicó “Un oficial de inteligencia militar dio una pista que detrás de la desaparición del escritor estuvieron las fuerzas de seguridad del Estado”.
La madre de Gustavo Garzón remitió múltiples comunicados a diferentes autoridades en distintos gobiernos nacionales, como también a organizaciones internacionales, entre las que se encuentra el Grupo de Desapariciones Forzadas de Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Fuente:
martes, 29 de mayo de 2018
Reunión en la Fiscalía 2018-05-29
Asisten:
Directora de Derechos Humanos, Fiscalía
Fiscal del Caso (2 asistentes)
Procuraduría (2personas)
Asunto:
Avance de la investigación
Revisión del expediente
Directora de Derechos Humanos, Fiscalía
Fiscal del Caso (2 asistentes)
Procuraduría (2personas)
Asunto:
Avance de la investigación
Revisión del expediente
jueves, 24 de mayo de 2018
Inauguración Exposición Colegio de Abogados de Pichincha 2018-05-23
Exposición de los casos de desaparición pendientes en Ecuador
El Colegio de abogados Centro de Arte, cultura y Memoria, tiene el honor de invitar a usted a la muestra fotográfica, documental y de objetos que busca mantener viva la memoria de los desaparecidos en el Ecuador
Colegio de Abogados de Pichincha
Dirección: 6 de Diciembre y Piedrahita
del 23 de mayo al 20 de julio de 2018
Reunión Defensoría del Pueblo 2018-05-23
Interviene Desaparecidos en Ecuador (Desendor)
Interviente un familiar independiente, desaparición
Interviene la Dra. Gina Benavides, Defensora del Pueblo (E)
Con las líneas de acción de la Defensoría
Interviene familiar muerte violenta
Interviene Funcionario Defensoría sobre vigilancia y seguimiento a procesos de Fiscalía
Interviene familiar muerte violenta Daniel Chambers
Interviene Telmo Pacheco, presidente ASFADEC
Propuesta de protocolo de la Defensoría
Interviene otro caso de muerte violenta
Entrega Oficio:
2018-05-24 Gina Benavides Defensoría del Pueblo
Interviente un familiar independiente, desaparición
Interviene la Dra. Gina Benavides, Defensora del Pueblo (E)
Con las líneas de acción de la Defensoría
Interviene familiar muerte violenta
Interviene Funcionario Defensoría sobre vigilancia y seguimiento a procesos de Fiscalía
Interviene familiar muerte violenta Daniel Chambers
Interviene Telmo Pacheco, presidente ASFADEC
Propuesta de protocolo de la Defensoría
Interviene otro caso de muerte violenta
Entrega Oficio:
2018-05-24 Gina Benavides Defensoría del Pueblo
Matilde Hidalgo Navarro
Matilde Hidalgo Navarro (Loja, Ecuador, 25 de septiembre de 1889 - Guayaquil, 20 de febrero de 1974) fue una médica y feminista ecuatoriana.1 Es recordada por ser la primera mujer ecuatoriana en obtener un doctorado en Medicina, la primera mujer en votar en una elección democrática en América del Sur y la primera mujer en ocupar cargos de elección popular en su país.
martes, 22 de mayo de 2018
Juana Azurduy por Mercedes Sosa
Juana Azurduy por Mercedes Sosa
Flor del alto Perú
No hay otro capitán
Mas valiente que tú
Oigo tu voz
Mas allá de Jujuy
Y tu galope audaz
Doña Juana Azurduy
Me enamora la patria en agraz
Desvelada recorro su faz
El español no pasará
Con mujeres tendrá que pelear
Juana Azurduy
Flor del alto Perú
No hay otro capitán
Mas valiente que tú
Truena el cañón
Préstame tu fusil
Que la revolución
Viene oliendo a jazmín
Tierra del sol
En el alto Perú
El eco nombra aún
A Tupac Amaru
Tierra en armas que se hace mujer
Amazona de la libertad
Quiero formar en tu escuadrón
Y al clarin de tu voz acatar
Truena el cañón
Prestame tu fusil
Que la revolución
Viene oliendo a jazmin
Flor del alto Perú
No hay otro capitán
Mas valiente que tú
Oigo tu voz
Mas allá de Jujuy
Y tu galope audaz
Doña Juana Azurduy
Me enamora la patria en agraz
Desvelada recorro su faz
El español no pasará
Con mujeres tendrá que pelear
Juana Azurduy
Flor del alto Perú
No hay otro capitán
Mas valiente que tú
Truena el cañón
Préstame tu fusil
Que la revolución
Viene oliendo a jazmín
Tierra del sol
En el alto Perú
El eco nombra aún
A Tupac Amaru
Tierra en armas que se hace mujer
Amazona de la libertad
Quiero formar en tu escuadrón
Y al clarin de tu voz acatar
Truena el cañón
Prestame tu fusil
Que la revolución
Viene oliendo a jazmin
martes, 15 de mayo de 2018
domingo, 6 de mayo de 2018
Cronología Raúl Garzón
Raúl Guillermo Garzón Guzmán
Fecha de nacimiento: 27 de noviembre de 1963
Lugar de nacimiento: Quito
Lugar de nacimiento: Quito
Estudia la primaria en la Escuela Simón Bolívar: Desde 1969-1975
Secundaria: Colegio Nacional Experimental Juan Montalvo: 1976-1982
Superior:
Universidad Central del Ecuador, Facultad de medicina: 1982-1983
Conservatorio Nacional de Música: 1983-1987
Clases particulares con el maestro Emilio Lara: 1987
Grupo Inti Shungo
Grupo Yerbales, con Jaime Protugal, Ernesto Mora,
Grupo Quimera, con Patricia Ramiex,
Orquesta de Instrumentos Andinos: 1990
Departamento de Desarrollo y Difusión Musical
Primera Bienal de Música Ecuatoriana, organizada por la Fundación Guayasamín, mención de honor, 1998, [obra: Capullo, Pasillo?]
Guitarrista del Grupo Quimera
Director del Departamento de Desarrollo y Difusión Musical del Centro Cultural Mama Cuchara
Segundo Premio en el Consurso de Composición de Música de Cámara organizado por el Conservatorio de Música de Ontario (Canadá)
Guitarrista del Grupo Quimera
Director del Departamento de Desarrollo y Difusión Musical del Centro Cultural Mama Cuchara
Segundo Premio en el Consurso de Composición de Música de Cámara organizado por el Conservatorio de Música de Ontario (Canadá)
Coordinador del Centro Cultural Mama Cuchara de Quito, c.2000
Conservatorio Franz Listz, c.2000
Conservatorio Franz Listz, c.2000
Orquesta Sinfónica Nacional, c.2003
Viaja a una beca de composición en la ciudad de Shangai, China en 2003.
Conservatorio de Música de Shangai, composición musical, 2005.
Festival Internacional de Composición, 10 de mayo de 2007, Shangai [único latinoamericano seleccionado]
Conservatorio de Música de Shangai, composición musical, 2005.
Festival Internacional de Composición, 10 de mayo de 2007, Shangai [único latinoamericano seleccionado]
Fallece en Shangai, China, 2007, a la edad de 44 años
Realizó otros viajes a:
Canadá
Cuba
Argentina
Cuba
Argentina
Brasil
Obras:
Con la piel de amianto frente a la vida (3 guitarras)
Con la piel de amianto por Mediafire
Con la piel de amianto por Mediafire
Homenaje a las Madres de la Plaza Grande, (electroacústica)
Homenaje a Gustavo Garzón (Orquesta de instrumentos andinos)
[Misa ecuatoriana]
[Otra obra para Gustavo Garzón]
Desgarro, Sanjuanito
Insomnio, Pasillo, 1991
San Juan, Suanjuanito, 1991
Que siga la farra (Arreglos), 1991
Yerbales, Quito, 1993 (Banda Sinfónica)
Yerbales en mediafire
Yerbales en audiomack
Yerbales, Quito, 1993 (Banda Sinfónica)
Yerbales en mediafire
Yerbales en audiomack
Capullo, Pasillo, [1998?]
Capullo en Audiomack
Sinfonía Programática "Rayuela" (orquesta sinfónica), I. Glíglico, II. Del lado de allá, III. Juegos de la Ilusión, IV. De la tierra al cielo
http://www.mediafire.com/file/q0ribyb35nh4yea/20151114_OSL_Vela.PDF/file
Sinfonía No.1, movimientos I y II, Shangai 2005, [Rayuela?]
Miniaturas para piano
Sirenas (electroacústica)
Homenaje (violín y guitarra)
Pequeña fuga y sanjuanito
Suite ecuatoriana (Flauta y guitarra)
Artículos:
Capullo en Audiomack
Sinfonía Programática "Rayuela" (orquesta sinfónica), I. Glíglico, II. Del lado de allá, III. Juegos de la Ilusión, IV. De la tierra al cielo
http://www.mediafire.com/file/q0ribyb35nh4yea/20151114_OSL_Vela.PDF/file
Sinfonía No.1, movimientos I y II, Shangai 2005, [Rayuela?]
Miniaturas para piano
Sirenas (electroacústica)
Homenaje (violín y guitarra)
Pequeña fuga y sanjuanito
Suite ecuatoriana (Flauta y guitarra)
Artículos:
Garzón Raúl, Acercamiento a la Chirimía, en: Sarance, Instituto Otavaleño de Antropología,
http://repositorio.flacsoandes.edu.ec/bitstream/10469/10154/1/REXTN-SA20-06-Garzon.pdf
http://repositorio.flacsoandes.edu.ec/bitstream/10469/10154/1/REXTN-SA20-06-Garzon.pdf
Garzón Raúl, Producción de sonido, en: Memorias, Proyecto multinacional de artes Promuart, Instrumentos musicales andinos, Seminario taller de capacitación en la construcción de Instrumentos Musicales Andinos, 1992, no.2, año 2, pp.8,9
Intérprete:
Intérprete:
Vinicio Gallardo, Luis Ramiex, Raúl Garzón, Trío
Partita en A.M. Johan Christian Faber
Trío en CM, Antonio Vivaldi
Allegro
Confesión, Enrique Espín
Sanjuanito de San Juan, Terry Pazmiño
Ángel de Luz, B. Dávalos
Mi chagrita caprichosa, Benjamín Aguilera
Ya es bastante, Alfredo Zitarrosa
Fugueta Cubana, Frank Emilio Flynn
Raúl Garzón
Pasillo de la Suite Ecuatoriana, Juan Mullo
Tango, Astor Piazolla
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