martes, 2 de junio de 2015

Rodolfo Walsh, escribe Silvio Rodríguez

Rodolfo Walsh

Rodolfo Walsh cayó el 26 de marzo de 1976 en desigual combate contra fuerzas represivas. Aquel mismo 26 de marzo hacía apenas un mes que un pequeño grupo de artistas cubanos nos encontrábamos recorriendo la recién proclamada República Popular de Angola, semiocupada todavía por tropas del régimen del apartheid sudafricano.

Un día antes de la muerte de Walsh, en la norteña provincia de Cabinda habíamos sufrido la pérdida de varios compañeros que habían caído en una mina, entre ellos el entrañable Ciro Berrio Medina. El 26 estábamos haciendo la travesía entre Cabinda y Luanda, para continuar visitando los frentes de combate en que se decidía la suerte del Cono Sur Africano.

Íbamos tristes por la pérdida de aquellos compañeros, aunque hay tristezas preñadas de esperanzas cuando los humanos creemos estar haciendo lo correcto, no para obtener riquezas, poder o gloria, sino para crear espacios de oportunidades y libertad, sobre todo para los eternos olvidados.

Aquel 26 de marzo había un arco simbólico, más poderoso que la geografía, porque aquel otro combate africano era pariente de Rodolfo, de Miguel Enríquez, de Raúl Sendic, de Carlos Fonseca Amador y de tantos otros que regaban el camino de la libertad con su entrega sin límites.

El coste sin dudas ha sido alto en sangre, en lágrimas y en ausencias, como también ha sido alta la coherencia con nuestra Historia, con quienes fundaron esta América Nuestra.

Hoy nuestro mundo no es aún todo lo justo que quisiéramos, aunque sin dudas lo vemos mejorar cuando somos solidarios y nos unimos. Por eso lo más honesto es decirle a los que cayeron que continuaremos trabajando, pensando y haciendo para que cada día podamos mejorar aunque sea un poco.

Gracias a la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata y a su decana Florencia Saintout por esta distinción, que trataremos de merecer no olvidando de dónde vinimos y hacia dónde es justo que vayamos.


Gloria eterna a Rodolfo Walsh.

Fuente: http://segundacita.blogspot.com/2015/05/rodolfo-walsh.html

Roque Dalton. poeta salvadoreño

Roque Antonio Dalton García (San SalvadorEl Salvador14 de mayo de 1935-10 de mayo de 1975), nacido Roque Antonio García y mejor conocido como Roque Dalton, fue un poeta, ensayista, periodista, activista político, e intelectual de nacionalidad salvadoreña. Aunque no recibió un título académico, realizó sus estudios superiores en la Universidad de Chile y la Universidad de El Salvador, en las que estudióDerecho, y también pasó por las aulas de la Universidad Nacional Autónoma de México. En Chile comenzó a estudiar marxismo y cuando retornó a su país se convirtió en un inquieto protagonista de la política local. También se inició en la poesía al integrarse al Círculo Literario Universitario. Para el año 1957 viajó a la Unión Soviética, lo que marcó su militancia política y además se unió al Partido Comunista Salvadoreño. Su intensa actividad sediciosa provocó que cayera preso durante el periodo presidencial de José María Lemus.
Para el año 1961 fue expulsado de El Salvador, por lo que inició su exilio en MéxicoChecoslovaquia, y principalmente en Cuba donde terminó de forjarse como escritor. Se involucró en la vida cultural de este país y también recibió instrucción militar tras la invasión de Bahía Cochinos. Pese a que logró retornar a El Salvador en 1964, terminó preso y fue sometido a interrogatorio por un agente estadounidense de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). En 1969 regresó a Cuba y ganó el Premio de Poesía Casa de las Américas por el libro «Taberna y otros lugares».
Tras partir de Cuba, Dalton decidió involucrarse en la lucha armada en El Salvador, por lo que se integró al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en 1973. En dicha organización fue protagonista de una seria polémica interna con el líder Alejandro Rivas Mira quien se erigía como un influyente caudillo del grupo armado. Dalton terminó calificado como «revisionista» y la dirección del ERP decidió su ejecución junto a José Armando Arteaga.
Recordado por su vida bohemia y una personalidad jovial e irreverente reflejada en su obra literaria, tenía como su preocupación principal el destino de su propio país, El Salvador; y pese a que era un conocedor de la teoría marxista su obra se caracteriza por ser heterogénea. Se le considera el máximo exponente de la poesía revolucionaria en El Salvador y uno de los literatos más influyentes de este país, así como se encuentra entre los mejores representantes de la poesía latinoamericana. De forma póstuma, ha recibido los reconocimientos de «Hijo Meritísimo» y «Poeta Meritísimo» por parte del estado salvadoreño, y el doctorado honoris causa de la Universidad de El Salvador.
Fuente: Wikipedia