Sentencia CIDH: César Garzón desapareció en manos del Estado
8 octubre, 2021 Posted by Leonardo Parrini Investigación, Política, Sociedad
Corrían los años noventa. La noche del 9 de noviembre César Garzón Guzmán de 32 años fue visto por última vez en una discoteca de la ciudad de Quito. Garzón era escritor y tallerista de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y trabajaba para la Editorial El Conejo. Lo que ocurrió con el joven intelectual fue una desaparición forzada en la que “se presume la responsabilidad de la Policía Nacional”, según sentencia judicial internacional.
Crimen de Estado
En el contexto del caso en momentos de la desaparición de César Garzón, fines de 1990 -plena vigencia del gobierno de Rodrigo Borja- existía una política de represión en contra de personas relacionadas con el grupo “Alfaro Vive Carajo” (AVC) por parte de miembros de la seguridad estatal que incluía detenciones ilegales y desapariciones forzadas. Garzón había sido detenido el 7 de agosto de 1990 y permaneció incomunicado y torturado por miembros del Servicio de Investigaciones Criminales de Pichincha, fue trasladado luego a la Prisión García Moreno donde estuvo recluido durante tres meses hasta el 7 de septiembre de 1990, día en que fue sobreseído y salió en libertad. Al cabo de dos meses a partir de ese momento, César Garzón desapareció la noche del 9 de noviembre cuando salía de la discoteca Son Candela, ubicada en las calles Amazonas y Reina Victoria en la ciudad de Quito. Se truncaba así una carrera profesional de Garzón como doctor en Literatura, con evidente sospecha de un final trágico bajo la forma de un crimen de Estado.
Esta semana el caso entró en una nueva etapa cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sentenció que el Estado ecuatoriano es responsable “por la desaparición forzada del señor César Gustavo Garzón Guzmán y por la violación de sus derechos al reconocimiento de la personalidad jurídica, vida, integridad, libertad personal, garantías judiciales y protección judicial”. Adicionalmente, la corte sentenció que se atentó contra derechos a las garantías judiciales protección e integridad de los familiares del desaparecido.
El expediente de César Garzón fue investigado por una Comisión de la Verdad que documentó lo sucedido con el escritor ecuatoriano, mediante Informe Final, “Sin verdad no hay Justicia”, que calificó la desaparición forzada en manos de la Policía Nacional. En el mes de septiembre de 2011, la comisión inició una indagación previa en relación con el caso y en mayo de 2013, los familiares de Garzón interpusieron la denuncia que dio inicio a una nueva indagación. El proceso continúa abierto sin avances significativos, por lo que los acontecimientos que afectaron al escritor desaparecido “permanecen en la impunidad”, sentenció la CIDH.
El dictamen de la corte constituye una forma de reparación, no obstante, ordenó diversas medidas reparatorias entre la que se incluyen que el Estado debe continuar investigando el caso, mientras que, si se establece que la víctima falleció, se debe entregar sus restos a sus familiares quienes deberán recibir apoyo psicológico. La sentencia contempla que se indemnizará con $ 10.000 dólares a la familia de Garzón por daños materiales e inmateriales, así como el pago de costas y gastos. La madre de Garzón -Clorinda Guzmán- recibirá, además, $57.000 por concepto de ingresos dejados de percibir a favor de su hijo, y otros $80.000 por concepto de daño inmaterial.
La CIDH estima que la madre experimentó “graves sufrimientos por cuenta de la desaparición de su hijo y por los actos de revictimización cuando se realizaba las labores de búsqueda”, ante lo cual estipula que la señora deberá recibir $ 40.000 dólares por concepto de daño inmaterial, agregando otros valores determinados.
Con la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos se cierra un aciago capítulo del caso de César Garzón, en tanto que la justicia es asignatura pendiente hasta cumplir a cabalidad los dictámenes del fallo judicial.
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About Leonardo Parrini
Periodista. Fotógrafo. Director-Editor de la revista digital LAPALABRABIERTA. Colaborador de las revistas ROCINANTE y BABIECA (Campaña de Lectura Eugenio Espejo). Conductor del programa La Oreja Libertaria, Radio Pichincha 95.3 FM. Autor de los libros La hora del lobo (2000), Decapitar a la Gorgona: ¿la corrupción, una moral de la crisis? (2001), Eva sin paraíso (2003), Diálogo comunitario en democracia (2013), Égüez. La memoria insumisa (2016), Escritos en clave morse (2018). Ha colaborado en Revista Diners como comentarista de obras literarias.
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